viernes, abril 08, 2005

= Buba es la sensación =



En mis años pubertos, fuentes del salinismo y del underground tepitero me llevaron a la búsqueda de textos de corte underground, como parte de ese tranvía pseudoliterario llamado "comic, deséote". Aparte de las cosas convencionales como la revista gringa Heavy Metal, la española Metal Hurlant y otras liendres, me encontré con uno (probablemente no el último) de los primeros espacios de la historieta alternativa latinoamericana: Gallito Comix.

No era la conocida mafarolada que años mas tarde pulularían en las convenciones quetzales y anexos (esos baluartes de 5 hojas tamaño carta, dobladas y engrapadas por la mitad, de manufactura de fotocopiadora); Gallito Comix relunía los trabajos de una pléyade de artistas de cuna argentina, colombiana, chilena y mexicana. La liga mexicana se encontraba organizada en un espacio creativo llamado "El Taller del Perro".

Entre los conocidos esta Bachán (actual estrella de la ilustración editorial, creador del Bulbo), y José Quintero, también fulgurante as de las ilustraciones editoriales y el creador de Buba Comix.

Es reconocido por el buen Quintero el plagio a la autora original de Buba: su hermana Cecilia, entonces de 8 años. Buba, que era una obra autobiográfica, se convierte en el pretexto de un excipiente artista para expresarse y lanzar su primera creación en un proyecto real.

Buba es humor ácido, mezclado con los deseos adolescentes de comerse al mundo, el subsecuente desencanto cuando se llega a comprender que esto ni es y la frustración, evasión y el anhelo por la inocencia perdida, el rechazo del primer amor y la negación eterna a sanar los males del corazón, todo mezclado con mala leche y las tendencias suicidas que denostan claramente una cotorra necesidad de llamar la atención. Baluartes como Nietzche y Don Mojarro "el valedor" fungen como senseis de la excipiente filósofa, caricatura de intelectualidad que puede llegar a ser una niña de 10 años. Es una Mafalda malora y metalera, con momentos de mono Crump y Micky Mouse underground que la hacen bastante exótica.

Existe una compilación de las "tiras" de Buba, publicada por Editorial Vid, en donde el autor se queja de lo mismo que muchos moneros mexicanos: de la falta de espacios para publicar sus creaciones. También se avienta una analogía de la historieta de autor y su creador como la relación hijo-padre sobreportector, que prodiga seguridad obsesiva con la intención de formar un ser humano funcional.

Tal es la maldición de la historieta mexicana: abortivo intento de ilustración y mucoso conato de literatura, que muchas veces se figura más erógena y exótica que cualquier disciplina artística convencional.

Son las palabras de José Quintero y mis propias experiencias en aquellos experimentos alternativos, lo que me lleva a entender el porqué no terminan de germinar la historieta mexicana contemporánea, que es tan similar al resultado de la analogía de la sobreprotección: los proyectos inocentes y pujantes se convierten en una vorágine de miedos, inseguridades y menosprecios, donde los agentes externos llamados "criticas" se convierten en la epidemia a erradicar y la negación es la penicilina del alma, condenando al proyecto (y por tanto, al autor) a la soledad y el olvido; curiosamente, cuando se abordan los temas con irreverencia y despreocupación se obtienen resultados favorables, éxito no buscado y esa atención que tanto anhela todo autor.

Ergo, el artista mexicano (escritor, pintor o monero) necesita hacer menos introspección y explayar el ánimo lúdico, botanero-jacarandoso y jodón, para encontrar su lugar en la sociedá y fungir como miembro funcional sin morir en el intento.

Se me ocurre a mi, se me ocurre a mi.
Posted by Hello

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