El soundtrack de tu vida fue: Klaxons - Golden Skans (Myths Of The Near Future, 2006).
Querido diario:
Hace mucho, mucho tiempo, en una financiadora de discreta reputación ubicada a un lado del Parque Hundido, el señor Enésimo Nemo y la señora Poquianchis del Espacio de Nemo acudieron felices y contentos a solicitar un automóvil en singular planauto, a 40215 mensualidades y con premio por abono puntual.
El trato quedó consumado con sendas firmas y un hermoso enganche, el papeleo se deslizaba suavemente en el sistema de la institución, pronto enfilaron con júbilo desmesurado el flamante vehículo por las gloriosas y congestionadas calles de Insurgentes, nada podría salir mal.
Lejos estaban de imaginar el mal agüero que se cernía sobre sus cabezas.
Sólo quedaba esperar a que se liberara el trámite de las placas, mientras circulaban con la famosa hoja verde de alta vehicular, soñando con un futuro pleno y con la conciencia tranquila. Tanta felicidad provocó la ira del Dios Cabrón, connotada deidad del panteón de la selva chiapaneca, el cual echó un mal de ojo sobre el níveo trámite de los felices esposos.
6 meses después, las placas no aparecían en ninguna de las instancias de la comarca, ningun burócrata daba razón del status del trámite. Muchas lunas pasaron, muchos kilómetros fueron recorridos, pareciera que a las placas se las había tragado la tierra.
Los patrulleros de la muerte revoloteaban alrededor del inocente vehículo, esperaban pacientemente a que el trámite se estancara para rapiñar a sus temerosos ocupantes, y arruinar su record impecable. Feroz, el Enésimo Nemo consultó al oráculo de la web, sacrificó 4 chivas virtuales, 3 tamagotchis, bajó 9 presentaciones con mensajes evangelizadores como penitencia, y esperó el login. Finalmente, el barquero PHP despejó la neblina y le mostró la entrada al servidor de Tramitanet, donde sólo los hombres verdaderos eran capaces de entrar, obtener respuesta a sus interrogantes y salir ilesos.
A la mañana siguiente, Enésimo Nemo llegaba triunfante al lecho de su amada con la Hoja de la Verdad, un formato online mágico que revelaba el paradero de su propiedad, un nuevo reto se asomaba en la lejanía: las placas se encontraban en algún lugar de la laberíntica Central de Abastos, en el reino vecino de Iztapalapa.
La tarea representaba dos riesgos: no sólo había que sortear los acertijos de las grutas alfabéticas, la fauna agresitiva y al temido Lupitauro, también había que cuidar que el vehículo non ungido fuese incautado por la polecía. Se requería de un chango para la odisea.
Con la Hoja de la Verdad en la mano, partí sin dolor al alba, poniendo suma atención al críptico objeto, que siseaba un nombre: Aculco. Abordé el metro y consulté el mapa de las 11 rutas para encontrar alguna pista: tenía que abordar la línea Garibaldi-Constitución de 1917, y bajarme una estación después de Apatlaco.
Mientras pasaba por Apatlaco, la Hoja de la Verdad susurró un verso:
En el lugar donde el agua tuerce,
35 escalones hay que tomar,
La purisima atraviesa el cruce,
No seas güey, no te vayas a pasar.
Bajando en Aculco subi los 35 escalones, a la salida un camino de piedra surcaba los cielos y atravesaba el peligroso valle de rieles bajo mis pies, donde una pesera esperaba ser abordada.
Al bajar el puente alto, la hoja volvió a recitar -esta vez en prosa mal versada, quesque le daba mucha hueva componer formalmente para miguel- :
En el nidal de los microbuseros, por el frente debes cruzar
Sube el puente peatonal y evita a los mortíferos diableros;
frente a ti estarán las 21 bóvedas de la Central, pon atención de la nomenclatura
aquella marcada con una V debes encontrar.
Cruza por el centro sin mirar atrás
Los cubiles a tu alrededor te ofrecerán tentaciones
¡¡Ningun fruto debes probar!!
Cubre tu nariz cuando cruces por los callejones,
El fétido aliento de los maicasaurios te puede matar.
Cada 29 leguas con sendas calzadas te has de encontrar
Debes llegar a la tercera calzada, y abordarla a tu derecha
La corte del Lupitauro estará esperando.
Diligentemente seguí el megachoro de la hoja, mucho tiempo después llegué a la tercera calzada y a mi derecha se encontraba empotrado en una roca un calabozo, de donde salían estremecedores y metálicos sonidos, una criatura sobrenatural bufaba adentro, me acerqué con el mayor de los sigilos y un argüente vino hacia mis oidos:
- Nossi, manito, fijate que es una lata esto de cuidar chamacos ¡¡los mios son unos mossstros!!
-Esa mi Lupita, tons ¿que hace toda la mañana?
- Pues yo despacho a las 7, después me baño y me vengo pa´cá, ¡¡Bufff, ugh, gaghh!!
- Con las rodillas Lupita, no te vayas a herniar
- Es que yo no hago NA-da de ejercicio, ¡que flojera oyes!
-Tantas placas arrejuntadas, y tanto buey allá fuera andando en la ilegalidá
-¡¡Sioyes!! yo por eso despacho con profesionalismo, mi Jorge: un trámite menos, y nos vamos tempranito ¿erdaaaá?
Al no percibir peligro alguno inmediato, cuidadosamente me acerqué y hablé con firmeza y cordialidad:
-Buenas tardes, vengo a recoger unas placas.
-¡¡¡GROAAAAGR, UUUUURG-UGUG-GRAAAAAKKKK-RHAAAAAAAERGH!!!!!!-(chin)- ¿QUIÉN LE DIJO QUE ESTABAN AQUIIII?, RESPONDAAAAGH UUUG RHAAAG UUUK!!!
La Hoja de la Verdad centelleaba en mi mochila, inmediatamente supe lo que tenía que hacer; sujeté con firmeza el documento e hice uso de toda la autoridad de la que era capaz, y clamé enérgicamente.
- EN ESTA HOJA DICE QUE AQUI ESTÁN, ¿QUEOBO?
La bestia retrocedió, perpleja: hace muchas lunas que nadie desafiaba su negativa sónica. Me encontraba amparado por el documento, que recitó con un limpio tintineo:
Le informamos que las placas 464TVO se encuentran en las oficinas Central de Abastos, Bóveda V-3-L119, el horario de atención es de 8:00 a 14: 00 hrs., Sábados de 9:00 a 12:00 hrs., pase a recogerlas con la siguiente documentación:
- Alta Vehicular, original y copia
- Tarjeta de circulación provisional, original y copia
- Copia de identificación oficial, ambos lados
Si se trata de un tercero, presentar poder notarial emitido por el representante legal del titular,
dos copias de identificación oficial del solicitante y dos copias de la identificación oficial del titular.
SETRAVI.
La bestia bramó, desesperada:
-¿TRAE TODOS SUS DOCUMENTOS?, UOGHHHH-RAGGGG-RHUUUUUH
- Aquistán.
_RHOAAUFRRRRRRRRRR-gRAAAAAAAKK-AYIYIYIYIYIYIYYIYIYIYIYIYIYIYI--
-¡¡ Lupita!!
- ¿Llamó, licenciado?
-¡¡Venga pa´cá!!
-Si, licenciado.
Pasaron lentamente los segundos, el murmuro del fondo me tenía intrigado.
Un nahual lupino con anteojos Lopez Dóriga salió a mi encuentro y me saludó cordialmente:
- Buenas tardes, ¿qué se le ofrece?
- Buenas, vengo a recoger unas placas, aqui tengo la Hoja de la Verdad correspondiente y la documentación perfectamente requisitada.
-¿De dónde viene usted?
- De la colonia Cuauhtemoc: el sistema dice que hasta acá llegaron estas placas.
- Suele pasar; permítame un momentito, pase a cubículo IX y siéntese de favor, vamos a localizarlas.
Pasé al cubículo citado y esperé pacientemente, mientras al fondo escuchaba lamentos y súplicas desesperadas: el Lupitauro estaba atendiendo a otros aventureros:
-¡¡¡AQUINOSTÁN, VAYA A ROJO GOMEZ QUE ES MEJOR Y MÁS RÁPIDO, OPAGRRRA- FAUUUUMMM- GRUOOAAAAA!!!
Las horas pasaron lenta, lastimosamente; temía que sin mi Hoja de la Verdad, me encontraba en peligro inminente. Finalmente se escucharon los gritos del licenciado nahual, que comandaba a uno de sus esperpentos:
-¡¡Joselito, venga para acá!!
-Digame, licenciado
-¿Ya localizó las placas que estamos buscando?
-Ya licenciado, las encontré en "varios".
-Termine el trámite, si me hace usted el favor, me llevo a la Lupita a dar la vuelta
-Orale pues, licenciado.
La criatura entró al cubículo. A falta de palabras para describirlo, le llamaremos cariñosamente Señor Periquita.
Buenas, ¿son de usté estas placas?
-Si señor, son mias
-Bueno, mas bien son del señor Enésimo Nemo, usted viene en su representación, ¿no?
-Asi es
-¿¡¡Seguro!!?
-Si, seguro.
Observó largamente los documentos, como si esperara encontrar una falla, un error fatal que echara todo para abajo. Finalmente se cansó, azotó un sello en la hoja de liberación, sacó de un paño de lino las placas prometidas, y me extendió un firme y sincero apretón de manos.
Guardé las placas en mi mochila y sali de la cueva, corrí en dirección a la salida, crucé el puente a zancadas, me trepé en una pesera que iba de salida, me senté y respiré.
Un carro más circula por la ciudad con todas las de la ley, y yo me siento fente a mi PC a examinar las fotos de mi celular y me pregunto si todo esto en realidad pasó.
Y ya.
===========================================
Atte.
El Hijo de Nadie.
Hace mucho, mucho tiempo, en una financiadora de discreta reputación ubicada a un lado del Parque Hundido, el señor Enésimo Nemo y la señora Poquianchis del Espacio de Nemo acudieron felices y contentos a solicitar un automóvil en singular planauto, a 40215 mensualidades y con premio por abono puntual.
El trato quedó consumado con sendas firmas y un hermoso enganche, el papeleo se deslizaba suavemente en el sistema de la institución, pronto enfilaron con júbilo desmesurado el flamante vehículo por las gloriosas y congestionadas calles de Insurgentes, nada podría salir mal.
Lejos estaban de imaginar el mal agüero que se cernía sobre sus cabezas.
I
Sólo quedaba esperar a que se liberara el trámite de las placas, mientras circulaban con la famosa hoja verde de alta vehicular, soñando con un futuro pleno y con la conciencia tranquila. Tanta felicidad provocó la ira del Dios Cabrón, connotada deidad del panteón de la selva chiapaneca, el cual echó un mal de ojo sobre el níveo trámite de los felices esposos.
6 meses después, las placas no aparecían en ninguna de las instancias de la comarca, ningun burócrata daba razón del status del trámite. Muchas lunas pasaron, muchos kilómetros fueron recorridos, pareciera que a las placas se las había tragado la tierra.
Los patrulleros de la muerte revoloteaban alrededor del inocente vehículo, esperaban pacientemente a que el trámite se estancara para rapiñar a sus temerosos ocupantes, y arruinar su record impecable. Feroz, el Enésimo Nemo consultó al oráculo de la web, sacrificó 4 chivas virtuales, 3 tamagotchis, bajó 9 presentaciones con mensajes evangelizadores como penitencia, y esperó el login. Finalmente, el barquero PHP despejó la neblina y le mostró la entrada al servidor de Tramitanet, donde sólo los hombres verdaderos eran capaces de entrar, obtener respuesta a sus interrogantes y salir ilesos.
A la mañana siguiente, Enésimo Nemo llegaba triunfante al lecho de su amada con la Hoja de la Verdad, un formato online mágico que revelaba el paradero de su propiedad, un nuevo reto se asomaba en la lejanía: las placas se encontraban en algún lugar de la laberíntica Central de Abastos, en el reino vecino de Iztapalapa.
La tarea representaba dos riesgos: no sólo había que sortear los acertijos de las grutas alfabéticas, la fauna agresitiva y al temido Lupitauro, también había que cuidar que el vehículo non ungido fuese incautado por la polecía. Se requería de un chango para la odisea.
Con la Hoja de la Verdad en la mano, partí sin dolor al alba, poniendo suma atención al críptico objeto, que siseaba un nombre: Aculco. Abordé el metro y consulté el mapa de las 11 rutas para encontrar alguna pista: tenía que abordar la línea Garibaldi-Constitución de 1917, y bajarme una estación después de Apatlaco.
Mientras pasaba por Apatlaco, la Hoja de la Verdad susurró un verso:
En el lugar donde el agua tuerce,
35 escalones hay que tomar,
La purisima atraviesa el cruce,
No seas güey, no te vayas a pasar.
Bajando en Aculco subi los 35 escalones, a la salida un camino de piedra surcaba los cielos y atravesaba el peligroso valle de rieles bajo mis pies, donde una pesera esperaba ser abordada.
Al bajar el puente alto, la hoja volvió a recitar -esta vez en prosa mal versada, quesque le daba mucha hueva componer formalmente para miguel- :
En el nidal de los microbuseros, por el frente debes cruzar
Sube el puente peatonal y evita a los mortíferos diableros;
frente a ti estarán las 21 bóvedas de la Central, pon atención de la nomenclatura
aquella marcada con una V debes encontrar.
Cruza por el centro sin mirar atrás
Los cubiles a tu alrededor te ofrecerán tentaciones
¡¡Ningun fruto debes probar!!
Cubre tu nariz cuando cruces por los callejones,
El fétido aliento de los maicasaurios te puede matar.
Cada 29 leguas con sendas calzadas te has de encontrar
Debes llegar a la tercera calzada, y abordarla a tu derecha
La corte del Lupitauro estará esperando.
Diligentemente seguí el megachoro de la hoja, mucho tiempo después llegué a la tercera calzada y a mi derecha se encontraba empotrado en una roca un calabozo, de donde salían estremecedores y metálicos sonidos, una criatura sobrenatural bufaba adentro, me acerqué con el mayor de los sigilos y un argüente vino hacia mis oidos:
- Nossi, manito, fijate que es una lata esto de cuidar chamacos ¡¡los mios son unos mossstros!!
-Esa mi Lupita, tons ¿que hace toda la mañana?
- Pues yo despacho a las 7, después me baño y me vengo pa´cá, ¡¡Bufff, ugh, gaghh!!
- Con las rodillas Lupita, no te vayas a herniar
- Es que yo no hago NA-da de ejercicio, ¡que flojera oyes!
-Tantas placas arrejuntadas, y tanto buey allá fuera andando en la ilegalidá
-¡¡Sioyes!! yo por eso despacho con profesionalismo, mi Jorge: un trámite menos, y nos vamos tempranito ¿erdaaaá?
Al no percibir peligro alguno inmediato, cuidadosamente me acerqué y hablé con firmeza y cordialidad:
-Buenas tardes, vengo a recoger unas placas.
-¡¡¡GROAAAAGR, UUUUURG-UGUG-GRAAAAAKKKK-RHAAAAAAAERGH!!!!!!-(chin)- ¿QUIÉN LE DIJO QUE ESTABAN AQUIIII?, RESPONDAAAAGH UUUG RHAAAG UUUK!!!
La Hoja de la Verdad centelleaba en mi mochila, inmediatamente supe lo que tenía que hacer; sujeté con firmeza el documento e hice uso de toda la autoridad de la que era capaz, y clamé enérgicamente.
- EN ESTA HOJA DICE QUE AQUI ESTÁN, ¿QUEOBO?
La bestia retrocedió, perpleja: hace muchas lunas que nadie desafiaba su negativa sónica. Me encontraba amparado por el documento, que recitó con un limpio tintineo:
Le informamos que las placas 464TVO se encuentran en las oficinas Central de Abastos, Bóveda V-3-L119, el horario de atención es de 8:00 a 14: 00 hrs., Sábados de 9:00 a 12:00 hrs., pase a recogerlas con la siguiente documentación:
- Alta Vehicular, original y copia
- Tarjeta de circulación provisional, original y copia
- Copia de identificación oficial, ambos lados
Si se trata de un tercero, presentar poder notarial emitido por el representante legal del titular,
dos copias de identificación oficial del solicitante y dos copias de la identificación oficial del titular.
SETRAVI.
La bestia bramó, desesperada:
-¿TRAE TODOS SUS DOCUMENTOS?, UOGHHHH-RAGGGG-RHUUUUUH
- Aquistán.
_RHOAAUFRRRRRRRRRR-gRAAAAAAAKK-AYIYIYIYIYIYIYYIYIYIYIYIYIYIYI--
-¡¡ Lupita!!
- ¿Llamó, licenciado?
-¡¡Venga pa´cá!!
-Si, licenciado.
Pasaron lentamente los segundos, el murmuro del fondo me tenía intrigado.
Un nahual lupino con anteojos Lopez Dóriga salió a mi encuentro y me saludó cordialmente:
- Buenas tardes, ¿qué se le ofrece?
- Buenas, vengo a recoger unas placas, aqui tengo la Hoja de la Verdad correspondiente y la documentación perfectamente requisitada.
-¿De dónde viene usted?
- De la colonia Cuauhtemoc: el sistema dice que hasta acá llegaron estas placas.
- Suele pasar; permítame un momentito, pase a cubículo IX y siéntese de favor, vamos a localizarlas.
Pasé al cubículo citado y esperé pacientemente, mientras al fondo escuchaba lamentos y súplicas desesperadas: el Lupitauro estaba atendiendo a otros aventureros:
-¡¡¡AQUINOSTÁN, VAYA A ROJO GOMEZ QUE ES MEJOR Y MÁS RÁPIDO, OPAGRRRA- FAUUUUMMM- GRUOOAAAAA!!!
Las horas pasaron lenta, lastimosamente; temía que sin mi Hoja de la Verdad, me encontraba en peligro inminente. Finalmente se escucharon los gritos del licenciado nahual, que comandaba a uno de sus esperpentos:
-¡¡Joselito, venga para acá!!
-Digame, licenciado
-¿Ya localizó las placas que estamos buscando?
-Ya licenciado, las encontré en "varios".
-Termine el trámite, si me hace usted el favor, me llevo a la Lupita a dar la vuelta
-Orale pues, licenciado.
La criatura entró al cubículo. A falta de palabras para describirlo, le llamaremos cariñosamente Señor Periquita.
Buenas, ¿son de usté estas placas?
-Si señor, son mias
-Bueno, mas bien son del señor Enésimo Nemo, usted viene en su representación, ¿no?
-Asi es
-¿¡¡Seguro!!?
-Si, seguro.
Observó largamente los documentos, como si esperara encontrar una falla, un error fatal que echara todo para abajo. Finalmente se cansó, azotó un sello en la hoja de liberación, sacó de un paño de lino las placas prometidas, y me extendió un firme y sincero apretón de manos.
Guardé las placas en mi mochila y sali de la cueva, corrí en dirección a la salida, crucé el puente a zancadas, me trepé en una pesera que iba de salida, me senté y respiré.
Un carro más circula por la ciudad con todas las de la ley, y yo me siento fente a mi PC a examinar las fotos de mi celular y me pregunto si todo esto en realidad pasó.
Y ya.
===========================================
Atte.
El Hijo de Nadie.
9 comentarios:
Hola! Pasé a ver que trip en tu blogo, bastante divertido e interesante (osss, que se le suba el ego, puesn!) considera que, volveré...La la la la
hahaha de donde sacas tanta cosa??? te tardas en subir cosas pero valen la pena... no cualquier chingadera eh? (ya te agregue al mazinger)
si este tipo de post terminan con la frase "en el gobierno de fox..." serían un buen spot de cómo se han agilizado nuestros trámites, piensan que agilizarlos es meterlos a la interné, pero los meten a la "red" le pagan a alguien para que la mantenga funcionando, que no se caiga y prosiguen con su burocratismo de siempre, es que es tan bonito... habla! saludos!
wow yo quiero ser como usted cuando sea grande
miau... rrr... rrrr....
Su orgamo me aliviano mucho hahaah gracias.
Lic. Nahual
JaJaJaJa!!!!
Grrrrrrrrrrrr... JaJaJaJa... que risa... Lic. Nahual...
viendolo bien... tienes cierto parecido con el sr periquita
...y luego?
post! o no?
Publicar un comentario