El soundtrack de tu vida fue: Veronica Falls - Everybody's changing
Nada que nazca de un impulso forzado puede realmente disfrutarse.
Podemos -es válido- congratularnos del producto de nuestro esfuerzo: colgarnos como pendones el ejercicio de ese esfuerzo, "cosechar los frutos" de este estamento a la voluntad, mente sobre la materia, "sin calambre no hay torzón", y otras alegorías masturbatorias al gusto, incluso capitalizarlo para justificar la molestia.
Pero no podemos forzarnos a realizar aquello que hemos concebido para el asueto: es un despropósito.
Vivir en pos del gozo es, por otro lado, pecar de erotomanía, pero ese es otro tema.
Circundar las zonas online, segmentar y condensar una parte de mi existencia en la red, incluso convivir en las redes sociales -antes de que así fuesen conocidas- fue el motor que originó este espacio en 2004.
Un día, el placer que producía realizar este ejercicio se diluyó, y fuimos a dar la vuelta por otros nodos de la red.
Mucho ha cambiado desde entonces.
El arquetipo que confeccioné para mi personalidad online mantiene constancia, un tanto de congruencia, cierta tónica y algo del sabor de "aquella vez".
Mientras he vagado por la vida online, he mantenido contacto con muchos de los vecinos, lectores y cómplices que formé en este espacio, intermitente o coditianamente.
Hoy todos los que estamos conectados vivimos cautivos de la inmediatez, y es tan fácil irse de patas por la nada, brincar saltar y correr ante el sabor del mes y dejar espumar el hígado en hogueras de vanidad y futilidad.
En algún punto, no se puede saldar un tema en bloques de 140 caracteres: es tedioso y le faltamos o le sobramos.
Tampoco Facebook me parece apropiado; se corre el riesgo de parecer un activista de 3 pesos, fácilmente prostituible por la contabilidad de señales de aprobación. y a mi tía Yuyis le da el soponcio por tanta "agresitividad" verbal.
Lo que sea que Tumblr represente o pueda ser entre todos los espacios para publicar, me gusta y permanece como algo más enfocado a las imágenes, al meme.
Nuevamente me pongo frente al editor de Blogger, después un cierto intento fallido por migrar a Wordpress.
Mediático que es uno.
Sea pues, testigo de la nü chabacanería que sólo emparenta, y una que otra chora interminable, en párrafos no tan mastodontes.
Enter.
Atte.
El Hijo de Nadie
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