Querido diario:
Fuentes del medievo exclusivamente, porque el underground mexicano anda muy flojisto, aseguraba la existencia de una nueva camada de vagones del sistema de transporte colectivo, llamado "metro" por la sabiduria popular; no había tenido el gusto de viajar en uno de ellos, hasta el día de ayer, cuando me dirigía al centro y se me ocurre tomar la línea 2.
El primer trancazo visual vino por la franja color gris (muy gacha, por cierto) y el oportuno letrero "ceda el paso antes de entrar". Entrando al vagón, que se me cuatrapea la masa funk y se me chorrea un chakra: o - r - a - l - e - s .
Tubos por todos lados: una minireja en la parte de arriba, asemejando la intrincada red de sujeción propia de un trolebus. entonces veo hacia donde se supone debe de terminar el vagón y ¡oh sorpresa!! ya no hay pared ni puertecita ni nada; un túnel de caucho, cubriendo el umbral de un vagón a otro, con el eslabón que une a los vagones convertido en pirinola cubierta de caucho, muy a la manera de esos trolebuses de 2 gabinetes unidos (quien ya lo haya probado, sabe bien a qué me refiero).
Un sistema decente de ventilación remataba el estuche de monerías; las ventajas inmediatas se hacían sentir: era mucho más facil moverse de un lado a otro del vagón, la gente tenía otros medios para sujetarse y pues, cabía más gente y de manera más ordenada, era mucho más fácil abordar y descender, no importando si te encontrabas o no cerca de la puerta.
Y entonces vino el encontronazo con la fea realidad.
El tren se detuvo entre la estación Normal y San Cosme, en pleno túnel; empezaron a vocear que había fallas en el servicio y que a la "brevedad" sería reanudado. Las luces se fueron un instante: gritos, rechifla y otras reacciones de nuestra ideosincracia Enedina. Regresan las luces, se va el sistema de ventilado.
Solo digo, que quien se haya quejado alguna vez del olor de los animales, no se compara en nada con el caleidoscopio de aromas que se desataron en ese vagón; por un instante, supe lo que se sentía ser animal de ganado, siendo transportado en un vagón de tren, entre los movimientos, gases y sudores del resto de la manada. Por un instante, sentí 2 emociones encontradas: ganas de tirarme al suelo, asumir posición fetal y de chuparme el pulgar, y ganas de comenzar a mugir, berrear o cacarear.
Los constantes mensajes voceados eran tan exasperantes como contradictorios: primero, la voz de un individuo, indicando con un lenguaje muy torpe y atropellado la situación, rematando con su "espérecen tantito" y con un anticipado agradecimiento por la atención y la comprensión de los pasajeros; otras veces, salía una voz femenina, automatizada, que indicaba que el viaje se encontraba interrumpido por "la activación de una palanca de emergencia".
Regresó el sistema de ventilación, sobrevino un suspiro colectivo; se fueron en conjunto la luz y el sistema de ventilación. Angustia general; una señora comenzó a pedir auxilio entre gritos, niños llorando; gente histérica anunciando un final para todos los pasajeros: quesque nos habían olvidado.
Algún imbécil comenzó una trifulca a medio vagón de distancia, se oyeron moquetazos secos, ayes lastimeros, empujones, gente que amenazaba con forzar las puertas de los vagones y de salir caminando, gritos de desesperación, un señor enfrente de la pueta por donde había entrnado intentando emular a los subversivos; regresa la luz y tantita cordura: los peleoneros se pararon al instante, las viejas histéricas se calmaron, el taimado de la puerta desistió de sus intentos y a l izquierda se escuchó a un señor, por el tono de voz se presumía de edad avanzada, lanzando una aseveración por demás apropiada: PENDEJOS.
Algún imbécil comenzó una trifulca a medio vagón de distancia, se oyeron moquetazos secos, ayes lastimeros, empujones, gente que amenazaba con forzar las puertas de los vagones y de salir caminando, gritos de desesperación, un señor enfrente de la pueta por donde había entrnado intentando emular a los subversivos; regresa la luz y tantita cordura: los peleoneros se pararon al instante, las viejas histéricas se calmaron, el taimado de la puerta desistió de sus intentos y a l izquierda se escuchó a un señor, por el tono de voz se presumía de edad avanzada, lanzando una aseveración por demás apropiada: PENDEJOS.
Risas nerviosas, reflejos colectivos de la misma, gente estirando los pies y acomodándose, regresa el sistema de ventilación y en ese entonces, una señal de respuesta del tren: el escape de aire característico de la marcha. Un impulso de marcha abruptamente detenido: se sintió como un tremendo empujón. Un señor se cayó.
Se reanuda de manera lenta y accidentada la marcha. Se puede oir a una señora hacia la izquierda, casi al final del vagón, rezando. Una eternidad para llegar a la siguiente estación.
Un mar de gente salió disparado de los vagones; un señor se detuvo a reclamarle a un quesque empleado del metro, pidiendo explicaciones de lo acontecido; en la estación voceaban que el sistema de la linea 2 se encontraba en estado "alternativo": la marcha seguiría, pero sería con largas esperas entre estaciones; recomendaban a los pasajeros con prisa, utilizar vías alternas de trasporte.
Salí de la estación y la histeria y la cacofonía: el servicio que normalmente va al Toreo, fue suspendido para provisionalmente prestar servicio hacia la estación Hidalgo (comprensible, pues la mayoría del a gente que viaja en ese sentido se dirije a esa estación).
Entre sudores propios y de terceros, llegué a Insurgentes, para seguir mi camino.
Repelús no alcanza.
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Atte.
El Hijo de Nadie
Atte.
El Hijo de Nadie
9 comentarios:
Gosh! Y tan monos que se veían los nuevos trenes... O.K. creo que lo más seguro será mantener la fe en nuestros antiguos naranjitas que te permiten sentarte como pordiosero recargado en la pared que hay entre cada vagón...
Y eso de chuparse el dedo en el metro puede ser muy insalubre
¿cómo? y tan rebien que me caía el metro. cada que he ido al defe me lleva y me trae rápida y cómodamente a DONDE YO QUIERA y aparte bien barato. supongo que no me ha tocado subirme en horas pico. una vez, de hecho, teníamos un vagón sólo para mis amigos y yo, no me acuerdo cuál línea, no me acuerdo dónde, nomás me acuerdo que era cuando íbamos al sixflags.
qué feo, qué feo el gentío, qué feo todo.
hola malakatonche, está chidísimo tu relato, tu blog es padre. El caleidoscopio de aromas es la metáfora de la semana para el apeste del metro, saludos desde el espasmo burocrático.
Wooow!!
Hace un tiempo que no subo al metro y este relato estuvo chidísimo!!!
Hey! cool blog!!
Saludos!! =)
chido tu blog!!! oyes amigui, como le hicistes pa poner al astro boy???? ta rete bien ingon.
No puedo esperar más.
En cuanto me paguen lo de mis artículos, me lanzo al DF y me meto corriendo al metro Areopuerto en cuanto pase por ahí el aútobús. Y no pararé de recorrer todas las líneas del metro hasta encontrar uno de eso vagones mágicos.
¡Eso sí que es estar de fiesta en el Distrito Federal!
A ver, pinchi Malakatonche: Eres malo para tu ciudad natal, cabrón.
Ahora todos van a creer que todos los viajes en metro son así de emocionantes, y van a querer que pase cada que se suban a un vagón (aunque sea de los vagones viejitos). O, los menos aventureros van a creer que todos los viajes en metro son así de emocionantes y nunca más van a querer subirse a un vagón.
En todo caso, acuso a tu blog de promover falsas concepciones sobre el metro defeño.
Señoras, señores: El 98% de los viajes en metro no son tan trepidantes como el del Malakatonche. La mayoría fluctuan entre el aburrimiento y el hacinamiento, en mayor o menor medida.
Y yo le voy a los nuevos vagones de metro, porque le veas como le veas, es evidente que promueven a la unión de todos los mexicanos. Antes, la sociedad se dividía en vagones gregarios, localistas y cerrados. Hoy día, todos los mexicanos comulgan en un sólo gran vagón de metro. ¿NO ES ACASO ESO, LO QUE LA HUMANIDAD LLAMA PROGRESO?
Mmm. Así, a simple vista, diría que es el mísmisimo Gorilla Grodd el que tienes en el perfil. No alcanzo a ver a quién está agarrando del chongo, pero me parece que sea quien sea la desgracia se le acerca peligrosamente.
Tsk, tsk. Ay, estos geeks.
Sii, el metro es como la montaña rusa temática de Six Flags, pero a 2 pesitos de distancia, eeeeeeeeeeHH!!!
Horaios ideales: de 9 a 10 a.m., 3 a 4 p.m. y 7 a 8 p.m.
Bassele bassele , pura "cosa nostra", pura adrenalina, pura fantasía, puro estilo California.
Eres tu, Un tal Mario, el que quiere darle en la torre a nuestra imagen cosmopolita y decadente: Je t´accuse; shit happens, happens a lot; es cuestión de suerte, quizá.
Dee-fe, dee-fe, atrapado en el metro del Distrito Federaaaal: peste, orgullo y-felicidaad...
Eso ni es.
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