viernes, abril 28, 2006

= Poderoso Luz y Juerza =


Clap Your Hands Say Yeah - Over And Over Again (Lost & Found) (Clap Your Hands Say Yeah, 2005).


Querido diario:

El día de hoy tenia que realizar las siguientes actividades:

1.- Ir a dejar un trabajo a San Cosme
2.- Ir al centro por unos precios
3.- Pasar al Palacio de Hierro a pagar las botas que tengo puestas (y que por cierto, ya casi me acabé)
4.- Ir al sur -especificamente, a la altura de Felix Cuevas- , para dar una clase de computación.

¿Cuándo me iba a imaginar que iba a encontrar la resistance en la puerta de mi casa?

Resulta ser que por acá en mi rancho hay una madrinola de Luz y Fuerza, con sus transformadores y toda la cosa, el la mítica calle de Salónica, esquina avenida Granjas - tres veces heróica- a dos cuadras de la glorieta de Camarones y Cuihtlahuac (pura zona conurbada, pura sensatez y sentimientos). Ahí estaba el desbarajuste. No conformes con ocupar las calles colindantes del Luz y Fuerza, se fuerona plantar a la mitad de la glorieta, donde le partieron la vida a cientos de personas.

Carros y peseras avanzando en sentido contrario, atravezando por la Ogrero Bubular para cortar distancia y retomar su ruta en algún punto viable. Como permanecía bloqueado el camino por donde vienen todas las rutas y todos los medios de transporte que me sacan de mi colonia a lontananza, tuve que caminar hasta el Politécnico -Casco de Santo Tomás, por donde se madrearon a los estudiantes en el 71- , y abordar una unidad que zigzageara por las intrincadas calles de la colonia Un Hogar para Nosotros -¡¡asi se llama!!- para salir a Santa Maria la Ribera, y de ahi a mi destino.

Entregado el trabajo, pagada la faena, satisfacción garantizada.


Inútil ir al centro: el tráfico y la circulación me lo impedia. El calor me estaba poniendo de malas, por eso me tomé en conocido puesto de jugos mi copa de agua de melón, tan abundante y fría que te duele la cabeza. Acto seguido procedí a regresar por donde venía, porque se me olvidó el chingado recibo del Palacio.

En la estación Colegio Militar detuvieron las flamantes unidades grises del sistema metropolitano de transporte urbano, se reportaba inseguro continuar en dirección a Cuatro Caminos.

Caminé desde la fonda Chon y Chano hasta la Ogrero Bubular. Reportados cierres en la línea 7 (que es la que tomo para ir al sur), me vi imposibilitado para ir a dar mi clase. Reportándome con mi pupilo, quedamos para la siguiente semana. Llegué al a comodidad de mi covacha bañado en sudor, frustrado y sediento (´che calor sarnoso y purulento).

Todavía estoy esperando a ver si la radio reporta una situación favorable, igual y puedo ir todavía al Palacio a pagar mis cacles.

En el camino, me encontré con anunciada publicación de las políticas modelos, al menos me aligeró el humor. Aqui les paso una copia, para que se rian conmigo:


Pequeña congresista...



Mi reina, ¿qué comen l@s perredistas? maciiiitaaaa...



"You´re no hollaback-giiirl?"


Flashback: Cuando estaba en la Looniversidad, me dio por trabajar en la noche contestando llamadas de Topochico a los Yunaited. Como al mes me ascendieron Operator a Analyst In Charge, pues gané la war, wey (los nacos ponían el nombre de los puestos operativos en inglés, pobres diablos): el trabajo no era otra cosa que el segundo supervisor y el encargado de contabilizar llamadas, servicios prestados y todas esos chorizotes de cifras que salen de hacer llamadas de larga distancia.

Como me pidieron que no dejara a los empleados ir al baño, quesque porque se habían robado una gomita Factis de Contabilidad -un pinchurriento escritorio era EL Departamento de Contabilidad- y a mi si me dio mucha pinche pena prohibirle a una señora en sus 70s que orinara a sus horas, me quisieron dar mis reglazos en las uñas, suspenderme y solicitar que pidiera clemencia por mi vida, además de pasar la lista de los empleados que fueron la baño. Como ya chole qué hueva trabajar con la Hora Nacional, pues renuncié y les puse en la frente el reporte de mala conducta. Todavía recuerdo que el Sr. Duplancher me acompañó a solicitar mi liquidación, y que le dijo hartas carnes a a mi ex superiora.

Mildred Ramos: si todavía existes, que risa me da acordarme de ti.

Contando mis patoaventuras en la Looniversidad, en algún punto la conversación derivó en "la ética profesional y porqué es boena", de donde extraigo el siguiente diálogo:

- ¿Tu si le entrabas a algo cochinote? (salud)
-¿Como para qué? (eeee, mamón)

Y entonces, la chica que me gustaba dice:

-Tiene razón: no es bueno embarrarse por cualquiera. Sólo con alguien de confianza y con buena lana por delante.

¿Hace falta decir, amable audiencia, que en ese instante se me cayó del pedestal la señorita?

Años más tarde, la sabiduría popular me daría el adjetivo adecuado: quien vende su dignidad por unas monedas se llama hambreado. y esa es la palabra que me viene a la mente cuando leo este ejemplar de H para hombres.

Mejor canten conmigo la bonita canción de fondo, y dejemos los choros para los politicos:

I heard it from a friend
The Revolution never happened
Sigh
A little die
No more a child
Goodbye

No where's the woolen sweater
You mentioned in the letter?
Imply
The other guy
And scandalize the lion

A clean shave in the morning
And a full beard with no warning
Time has gotten by on alibis and wine

Success is so forbidding
But it makes me think I'm winning
Quiet
Dim the lights
Adopt another lifestyle

You look like David Bowie
But you've nothing new to show me
Start another fire
And watch it slowly die

¡¡¡Mastodonte, mastodonte, mastodonte, HOOOOH!!!


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Atte.


El Hijo de Nadie.

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