sábado, octubre 05, 2013

=El sur fue mi Bagdad=


El soundtrack de tu vida fue: Los Prisioneros - Tren al sur



"El discreto encanto de la Avenida Universidad". Digital, circa 2013.




El sabio Beck dijo alguna vez: "El norte es mi Bagdad", a propósito de una cena a la que fue convocado, pues no tenía puntos de referencia para identificar el lugar de la cita.

En mi caso, era el sur de la ciudad el que fungió como territorio comanche toda mi juventud: agreste e ignota zona a la que se entraba y salía por vías principales, con mapa - con nativo en mano, o no se entraba.

Los años me fueron acercando a diferentes puntos del sur, y, aunque la aversión se fue desvaneciendo, la consideración de zona ajena, permanecía.



Razones para ir a "Bagdad" me sobraban:



-Iba cada mes por mis cómics a las 2 tiendas de la época: Cómics, S.A. en Avenida Universidad 1165-A, a unos metros del metro Coyoacan y enfrente del actual edificio de la Fundación BBVA Bancomer.


El mítico Hombre Araña trepado en la fachada de Cómics S.A., circa 1993. Fuente: Comicorp


Después de su desaparición, iba al sur a buscar mis cuentitos en Comicastle, que se localizaba en sendo local dentro de la Plaza Trico, afuera del metro Zapata.

El Onésimo Nemo alguna vez me acompañó;  por razones que ya no recuerdo, a la salida ya no nos era accesible el metro Zapata. Nos regresamos en un trolebús que entonces circulaba por Gabriel Mancera hacia Reforma, y huimos aquel entonces hacia nuestra normalidad, en la zona centro de la ciudad.


Comicastle: probablemente una de las tiendas que más duró después del boom de 1993. Fuente: Artes9



- También estaba el tianguis en el centro de Coyoacan, donde uno podía encontrar cosas tan inverosímiles como tetilla de rata deshidratada molida, artesanías oscurantistas de precio-origen insospechados, y cómics Novaro en condiciones de conservación aceptables. 

Eso, y entre fumarolas de incienso se podía bailar con odaliscas peinadas de media rasta a ritmo de tambor tribal hasta el anochecer.

Irse de pinta a Coyoacan era un "must do" cuando tenía grasa de bebé en el cuerpo. Ahora que sólo tengo grasa manchega, es un buen lugar para comer-pasear-tomar la nieve.

En 2008 el entonces denominado Tianguis Cultural Artesanal del Centro de Coyoacan fue desalojado, algunos tianguistas fueron canalizados al actual -y sumamente aburrido- Bazar Cultural Mexicano, en un terreno enfrente del Kiosco de Coyoacan.

Lo bueno de la vida está destinado a desaparecer, parece ser.


El tianguis, en su antiguo esplendor . Fuente: UAM


-La Alberca Olímpica siempre ha sido centro multiusos: centro de convenciones de historieta, deportivo, piscina, sede de circo.

Sin ningún punto de referencia, recuerdo haberme extraviado en pos de la convención y de la piscina; llegué gracias a otros norteados que me encontré sobre División del Norte. 

En aquel entonces descubrí el punto donde nace Eje Central, el cual surqué de regreso en una pesera zigzageante que me llevó hacia el Centro Histórico, y mi normalidad.




Próximamente: también la Alberca Olímpica será centro de culto de pasadita.




De adulto, la vida galante de un soporte técnico in situ y a "domeceleo" me trajo en diversas ocasiones al sur. 

Poco tiempo para el goce: sólo iba y venía en tránsito hacia y desde mi Bagdad.

Nunca me pude imaginar que, años después, iría a trabajar de manera constante en esta zona; ni que, ante el viacrucis de cruzar la ciudad todos los días de norte a sur, decidiera venirme a residir por aquí.


Ahora, desde mi destierro gozoso, mi Bagdad es mi hogar.

Y eso está bien.



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 Atte. 


 El Hijo de Nadie

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