Has de saber de la euforia que en fechas recientes desató el Episodio III (el sexto y último, cronológicamente hablando), de la Hexalogía de Star Wars que ahora acaba. A pesar de haber visto todas hasta el momento, yo no compartía del todo ese bonito entusiasmo, un tanto elevado en la opinión pública por la excelente mercadotecnia atrás de su publicidad (que el traje de Darth Vader, que el fin de los Jedi, que la madre de todas la batallas, etc.); incluso la miniserie que serviría de prólogo, Clone Wars, de excelente calidad tanto de técnica como de argumento (mejor incluso que el Episodio II), generaba enormes expectativas con el último de los capítulos, secuencialmente el momento álgido de la historia que George Lucas tuvo a bien desordenar desde el principio.
Curiosamente, el día anterior a mi asistencia a cine se me ocurre ver en Fox El Regreso del Jedi, el final de la historia, el punto medio cronologicamente hablando. Pude observar los detalles que agregaron para este efecto: cuando el imperio es derrotado al destruirse la última Estrella de la Muerte, escenas de los planetas que aparecen en la actual saga salen celebrando y desmembrando soldados imperiales, con todo y fuegos artificiales, Naboo incluido; el segundo agregado que pusieron y que NO me gustó pero que finalmente justifiqué fue al final, cuando todos los Jedi en la vida de Luke se materializan para atestiguar la victoria final de la Fuerza, efectuaron la sustitución de la "presencia" de Anakin Skywalker, originalmente el mismo actor que estaba bajo el disfraz de Darth Vader, por el actor que actualmente encarna Skywalker padre, Hayden Christensen. Esto es apropiado para aquellos que más adelante vean la saga completa en el orden correcto. Se me ocurre a mi.
El Sábado fui a la proyección de Episodio III. Sali un tanto triste, pero tampoco me fui brutalmente decepcionado.
George Lucas había declarado que no temía a un fracaso de taquilla, en parte porque ya tenía suficientes recursos monetarios. Ese tipo de declaraciones si que te animan.
Hay momentos que verdaderamente le reprocho al actor Christensen: en verdad tiene talento para mostrar una pasión sobrecogedora, es una lástima que sólo lo haga durante las escenas de pelea. Las escenas románticas con Padmé son las más gélidas que he visto en toda mi vida. Casi no tuvo pedos para unirse al lado oscuro ¿no?; es como si toda esa agilidad mental que el personaje se supone tiene se le hubiese desvanecido en el momento crítico; ni un puto conflicto interno, sólo se la pasa paseándose como niño berrinchudo en la sala del consejo y sale de la misma con más ganas de un despliegue adolescente que con la furia que nace del conflicto de intereses.
Eso si, mis respetos para Ewan McGregor, en verdad me la creí con Obi-Wan Kenobi y su descorazonamiento cuando debe de pelear con su alumno. Si apenas van a ver la película, podrán ver la mejor pelea de sables láser en toda la saga, hay momentos en los que no te puedes mover del asiento, ni respiras siquiera. Mejor le hubieran metido mano en El Regreso del Jedi para darle más candela a la batalla final, para que no se quedara tan atrás entre todas las de la saga (se supone que es LA batalla final pero bueh). de la historia ni se fijen, Lucas les da permiso de decepcionarse.
Nota de la redacción: Esta es la opinión del Hijo de Nadie, es válido que a otros les haya cambiado la vida, a mi no me la cambió.
Escupan sin rencor, the anger, the path to thy dark side is.
==========================================
Atte.
El Hijo de Nadie