jueves, diciembre 02, 2004

La letra de la Bruja

Querido diario:

Hoy voy a tomarte de punching bag y me voy a poner como ciertos bloggeros, a sacar mis malas vibras gritando virtualmente aaaafhhghghg y a contar que no pude verle a la cara a un tipo que me sacó la lengua y cómo me gustaría tenerlo en en este momento para ponerle mi bota en el cuello, y sobre qué bueno que las personas que en el pasado me hicieron daño, hoy día tienen una vida deplorable y no pienso volver a hilar un pensamiento coherente y voy a insultar como lo hacía en la primariaeeeeheh

Eso ni es.

Hace unos días, una señorita Anonymous, presunta michoacana, externó sus dudas sobre el contenido de la canción La bruja, específicamente la versión de Lila Downs, que en lo personal, me gusta mucho su interpretación. Así que hoy seré menos evasivo y menos ojete con mi prójimo (yah, sure), y procederé con el análisis de la letra de la bruja, esa canción que pongo los Sabadabas en la mañanita, para asegurar una buena digestión de mi sacrosanto desayuno.
El tema se ha comentado en el mundo real en 2 ocasiones, la segunda me motiva a compartir contigo, querido diario, la dicotomía de esta canción.

Existen 2 interpretaciones prácticas para la letra de la bruja:
  1. La primera, de las fuentes del medievo y del underground mexicano, que dicen que la bruja era la esposa de un general, una adorable cuarentona que le encantaba sonsacar chamaquitos de 15 o 16 años; todo esto mientras su marido se la pasaba poniendo orden en un pueblito charrote, charrote. Resulta irónico entonces, que mientras el amable general aplacaba a los inquietos campesinos, sus hijos aplacaban sus pubertas inquietudes con la señorona (que de seguro, estaba que ofendía). La segunda estrofa probablemente habla del posible reclamo final que le hiciera una procupada madre a la mujer del general, cuando andaba ésta paseando altanera y orgullosa por el pueblo, mientras era la comidilla de las comadronas. Ofensa que probablemente nacía más de la altanería de la mujerona, que de su hijito mancillado. Pobrecitos cocodrilos.
  2. Esta pertenece a Davihito, mi apá, consistente lector del diario La Prensa, secreto fan del Alarma, amante del art grotesque: que la bruja era el mismo general, que disfrazado de mujer cuarentona, se merendaba a los chamacos del pueblo después de emborracharlos para que dijeran "esta boca es mia" sin ver. Más angustioso sería entonces, el reclamo de la ofendida madre por el reciente estilo de vida sodomita de su criatura. Mayor sería entonces, el escarnio público por "la generala", que de seguro se afilaba el bigote cuando se paseaba por el pueblo, viendo en dónde iba a soltar el siguiente jitomatazo. Pobrecitos, a secas.
Por la forma de la interpretación, bien pudo ser corrido de cantina, música de borrachera, para degustar con los clientes de la hija del azteca en turno, que comenzaban a ponerse alegres y bonachones y necesitaban decírselo al mundo.

¿Cuál será entonces, la verdad detrás de esa canción tan mística? Creo que dejaré esta difícil decisión, querido diario, en el criterio del heróico cuerpo de bloggeros (y bloggeras) que suelen frecuentar este humilde espacio.
Ellos y ellas tendrán la última palabra al respecto.
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Atte.

El Hijo de nadie

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy del mero Chihuahua, del mineral del Parrallllll!, intenté aclarar este punto en cuanto hiciste tu inferencia michoacanesca, pero tu blog andaba de pésimo humor y no quiso cargar con un post inchístido como son los míos, así que soberanamente me lo rechazó una y otra vez hasta que desistí...
Gracias por la disección tan macabrona acerca del origen de la susodicha canción, yo también me inclino por la versión del Davihito (sic), ya sabes, entre más díficil de creer sea algo, mas cierto es...jeje...
en el post que no fué, te preguntaba porqué concluiste que soy de Michoacán? acaso ahí se encuentra otro centro de reunión brujeril?? qué pues'n, ya me sentía yo muy privilegiada (brrrr) por ser una de las pocas mortales que están cerca de las narigonas y feas brujas cada 31 de octubre.....

Malakatonche dijo...

Querida Anonymous:

Aunque a primera vista diera la impresión de que no leo nada de lo que todos ponen, me llamó la atención que mencionaste el asentamiento de Naica; con un poquito de investigación, pude investigar el estado en donde te localizabas.

Y como a mi me gusta todo por delante, y no me gusta nada por detrás (you know what´s next), y no me gustan los ánimos anónimos, a partir de este momento, en calidad de efectivo inmediato, quedas ungida por el heroico cuerpo de bloggeros y bloggeras del ranchito del tio chente, inc.,

Pierdes tu nombre y dejas a tu familia, y poco a poco se muere la ni-iña y despierta la mujer que en tí dormí-ia, para unirte a la nuestra banda de bloggeros alegres bajo el nombre clave de:


==*U*==M I C H O A C A N A ==*U*==


Mich, para los cuadernos de doble raya.

Ya sabes, eres Mich, no anonymous, tienes el derecho y la obligación de firmar tus aportaciones, huella indeleble de tu sentir.

Anónimo dijo...

ta güeno, pues, asumo mi nueva identidad, soy la Mich...aunque todavía no me reconozco interiormente como tal, pero ps eso con el tiempo será..ora solo quiero saber si ese sobrenombre también me otorga derechos y obligaciones de una enedina cualquiera, o para llegar a eso requiero pasar pruebas de fiereza y valentía, tales como las que hacen los que quieren ingresar a grupos como los Mara Salva Trucha, o eso ni es....?